Se trata de un proyecto de viviendas de calidades medias en Alcantarilla. Y aprovechando la amistad con el promotor decidimos "engañarlo" con una propuesta distinta de edificio respecto de los que habitualmente venía ejecutando con otros facultativos. El promotor con buen criterio sostenía la tesis de que al estar ubicada la parcela en esquina y siendo fondo de perspectiva había que plantear un mirador, cilíndrico, prismático, etc. Y ahí se terminaron todas sus indicaciones.

Lo primero que hicimos fue darnos cuenta que no había nada relevante a su alrededor que nos sirviera de coartada o leiv motiv, de modo que sólo nos quedaba la opción de mirarnos a nosotros mismos, sin que ese mirar sea vanidad sino intención.

Nosotros le planteamos un mirador plano en esquina y dos tipos de viviendas por planta. Las viviendas son interrumpidas por el núcleo del ascensor que se ejecutó en hormigón para "mirar" y que me permite que en la fachada principal sobresalgan como volúmenes independientes las dos tipologías de vivienda que parimos en cada planta. Así pues la planta y el alzado se parecen: el alzado se revela como una planta abatida 90º: transparencia volumétrica lo llamaban en el beaux arts francés.

De otra parte, la fachada posterior da cabida fundamentalmente a las zonas húmedas que junto con la polígonal que describe la parcela constituyen el criterio de composición de ese alzado: cocinas, lavaderos y núcleo de escalera. En este alzado, no es el núcleo del ascensor sino el de escalera el que me independiza las dos viviendas que planteamos por planta.

En relación a los materiales, desde el momento en el que el núcleo de ascensor se queda de hormigón visto, el resto de texturas y colores estaban ya indicados: monocapa en gama de grises y ladrillo gris claro porque decía el constructor que era carísimo. Así que el ladrillo hace de mera guarnición, es decir el acompañante de los platos fuertes.

El presupuesto de ejecución material, incluida urbanización, no ha llegado a los 500.000 euros, unos ochenta millones de pesetas de las de antes.

De nuevo, hemos intentado timar al promotor: le hemos querido dar liebre por gato.